se ha convertido en un HOGAR.
Duala (Camerún) me vió nacer,
Y Córdoba meció mi adolescencia.
Más chica que mi ciudad natal,
Pero tan acogedora y calurosa.
Duala (Camerún) me vió nacer,
Y Córdoba meció mi adolescencia.
Más chica que mi ciudad natal,
Pero tan acogedora y calurosa.
Los murmullos de sus calles,
Me recuerdan que aquí viven buena gente.
A cada saludo lanzado al azar,
responden con una afable sonrisa.
Cada esquina evoca una sigilosa anécdota.
Dormitando en un banco,
me acompañaba una melodía (de guitarra),
en la radiante plaza de las Tendillas,
alimentada por el sol.
Custodiada en la judería, la mezquita simboliza la grandeza que perdura.
En los patios soñados, donde mi alma se maravilla.
Aquí, me siento en casa, en familia,
cuando sopla una brisa del Guadalquivir,
me acaricia con ternura,
Me llaman hijo, hermano y amigo.
Sani. M. L.