que caen sobre el tejado con una cadencia que apacigua el sueño,
a las lluvias en España que te enteras asomándote al balcón o a la ventana.
Lo cierto es que son días en los que espiran los aficionados del séptimo arte,
con ganas de echar un vistazo a las carteleras.
Inspiran también a los amantes de las letras,
hay algunos que prefieren leer,
y otros que escriben.
Jamás olvidaré el día que pillé ese virus.
Fue un día lluvioso en un domingo de agosto.
Sí, agosto...
Me refiero a agosto de "Duala" en Camerún.
Pero en realidad nada es imposible con el cambio climático.
Ahí descubrí la magia de las letras y la fuerza de los versos.
Quise hacerle caso a un dicho "las palabras vuelan y los escritos se quedan".
Desde entonces no suelto mi pluma ni para soñar,
porque los sueños también se reflejan en estrofas.
De momento... os dejo que se me seca el cálamo.
Sani.M.L
A no dejar NUNCA de escribir. Felicitaciones y mucha fuerza con toda su lucha.
ResponderEliminarSaludos desde Argentina.
Gracias, Marto. Otro saludo para ti
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